Desde sus inicios, este puerto ha experimentado un proceso continuo de modernización y expansión, transformándose en un importante activo para el comercio y la cadena de suministro en la zona.
En este artículo, examinaremos en detalle la evolución histórica, la infraestructura actual y el papel estratégico que desempeña el Puerto de Barranqueras en el contexto logístico y económico del NEA.
El puerto de Barranqueras se encuentra ubicado en la ribera derecha del Río Paraná, en el Km.1.198 de la Ruta General de Navegación, el Puerto de Barranqueras ocupa un lugar estratégico en el centro geográfico de la Cuenca del Plata y el MERCOSUR. Integrado a la ciudad de Barranqueras, que cuenta con una amplia infraestructura comercial, bancaria y de servicios, el puerto se encuentra a solo 7 kilómetros de Resistencia, la capital de la Provincia del Chaco, y a 10 kilómetros del Aeropuerto Internacional Resistencia.
Desde sus inicios, el embarcadero se utilizó para el transporte de mercadería, y hacia 1885, ya se encontraba en funcionamiento un servicio regular hacia Corrientes, aunque sin un horario establecido. Con el tiempo, el tránsito de mercancías se intensificó, lo que generó diversos desafíos, como la falta de caminos adecuados hasta Resistencia, la ausencia de un muelle y las disputas de los antiguos propietarios por los terrenos colindantes. En 1906, se realizaron las primeras mejoras con la instalación de un pequeño embarcadero de madera, permitiendo el atraco de buques de poco calado; sin embargo, las embarcaciones de mayor tamaño dependían de un pontón perteneciente a la empresa naviera Compañía Argentina de Navegación Nicolás Mihanovich Limitada.
Con el tiempo, debido a la intervención del gobernador Gregorio López ante el gobierno nacional, se resolvieron los conflictos territoriales con los antiguos concesionarios, lo que permitió que el puerto se expandiera considerablemente. En aquellos años, dado que el río representaba la única forma segura de transporte, el puerto atrajo rápidamente la instalación de fábricas en sus alrededores, lo que generó un mayor movimiento y la llegada de trabajadores a la zona. Además, el crecimiento de la producción agrícola en el interior del Territorio Nacional del Chaco (hoy provincia del Chaco) hizo evidente la necesidad de contar con depósitos adecuados, ya que la falta de ellos resultaba en el deterioro de numerosas mercaderías expuestas a la intemperie. La construcción del muelle comenzó en 1921, tras un arduo proceso de gestión local que finalizó en 1923 con el primer muelle de madera asentado en pilotes. En ese momento, la comunidad local ya consideraba que Barranqueras, a pesar de sus instalaciones precarias, superaba en movimiento a todos los puertos del río Paraná excepto el de Rosario. En 1928, se inauguraron las obras del muelle de madera y cemento con una longitud de 250 metros, una defensa costera de 600 metros y 5 galpones con capacidad para 2.500 toneladas cada uno. Estas mejoradas instalaciones, junto con el auge del algodón, llevaron a un significativo aumento en el volumen e importancia de los puertos de Barranqueras y Vilelas, pasando de manejar 162.415 toneladas de carga en 1928 a 326.429 toneladas en 1946. Un año más tarde, se inauguraron los viajes de la balsa automóvil que conectaría los puertos de Corrientes y Barranqueras.
Actualidad
La importancia de una infraestructura portuaria eficiente y estratégicamente ubicada es un pilar fundamental en la optimización de cadenas de suministro y el fomento del comercio regional. En este contexto, el Puerto de Barranqueras emerge como una pieza clave en el rompecabezas logístico del Noreste Argentino (NEA), desempeñando un papel central en la facilitación de operaciones multimodales y el impulso de las economías regionales.
Las instalaciones del Puerto de Barranqueras están diseñadas para gestionar la carga multimodal, proporcionando un espacio de interconexión entre el transporte carretero, ferroviario y naval. Esta sinergia entre diferentes modos de transporte ha demostrado ser un activo importante para las empresas y operadores que optan por establecerse en la región y trabajar con el puerto. Su ubicación geográfica privilegiada, cercana al cruce de las rutas de navegación más importantes del MERCOSUR, lo posiciona como un epicentro logístico en la Cuenca del Plata y el MERCOSUR.
El muelle de hormigón armado, actúa como columna vertebral para las operaciones de carga y descarga. La capacidad de almacenamiento de sus tres depósitos es de 1,500 metros cuadrados cada uno, capaces de albergar mercancías tanto de tipo general como a granel. Una celda de carga con una capacidad de 11,500 metros cúbicos complementa esta infraestructura, estableciendo una base para el manejo eficiente de mercancías a granel. Las instalaciones aduaneras tienen su espacio propio en la dinámica portuaria. Con 4,662 metros cuadrados de depósito fiscal aduanero y 11,464 metros cuadrados de zona primaria aduanera, el Puerto de Barranqueras ofrece amplio espacio para la rápida tramitación de mercancías. La presencia de oficinas de diferentes entidades, incluyendo la Administración Portuaria Puerto de Barranqueras, AFIP DGA (Aduana), Migraciones, Senasa y Prefectura Naval, garantiza un proceso fluido y organizado para los operadores.
El puerto también ha demostrado ser una plataforma para la expansión comercial. A medida que la región NEA se consolida como un centro de producción y exportación, el Puerto de Barranqueras está bien posicionado para facilitar el flujo de mercancías hacia mercados nacionales e internacionales. La modernización constante y la adaptación a las necesidades cambiantes del comercio aseguran su relevancia continua.
Desafíos y oportunidades
El Puerto de Barranqueras se erige como una encrucijada logística gracias a su multimodalidad. Su capacidad de brindar una amplia gama de opciones en el manejo de cargas generales, graneles y contenedores amplifica la flexibilidad y eficiencia en la distribución de mercancías. Esta característica fundamental garantiza un flujo continuo y armonioso a través de los modos de transporte carretero, ferroviario y fluvial. No obstante ello, existen dificultades que sortear a fin de poder lograr la máxima operatividad del puerto.
A pesar de la operatividad actual del sistema ferroviario que conecta con el Puerto de Barranqueras, es innegable que su estado demanda atención. La necesidad de una renovación en ciertos tramos de las vías se hace evidente para mejorar el nivel de servicio, tomando como ejemplo el proceso de modernización que se está llevando a cabo en el interior del Chaco. Esta iniciativa es esencial para mantener la integración eficiente de este componente vital en la cadena de suministro.
El Riacho homónimo, que se extiende a lo largo de 14 kilómetros, representa el canal de navegación en el Puerto de Barranqueras. Sin embargo, la bajante histórica en la cuenca del Paraná ha limitado la navegación incluso para embarcaciones de calado mínimo, muy a pesar de los trabajos previos de dragado y mantenimiento realizados en años anteriores. Esta situación señala la importancia de la necesidad de la inversión en tecnologías para sortear los desafíos fluviales. Es por ello que es necesario realizar y reforzar las tareas de dragado en puntos críticos como la embocadura norte del Riacho, el pie de muelle fiscal y la desembocadura sur puede ofrecer oportunidades para superar estos desafíos y mejorar la navegabilidad.
Planificación y oportunidades
El Puerto de Barranqueras tiene diagramada una ambiciosa planificación estratégica para abordar los retos que se presentan. Con una clara sintonía con las necesidades de diversos sectores, esta visión se traduce en una serie de iniciativas que abarcan desde la construcción de nuevas estructuras hasta la mejora de la infraestructura existente. Entre las inversiones necesarias, se distinguen:
Red de incendio en el sector muelle: Una medida que se erige como un componente crítico para asegurar amarres seguros, bajo la supervisión de la Prefectura Naval Argentina y en concordancia con normativas nacionales e internacionales.
Equipamientos para una prestación de servicios superior: La adquisición de modernos equipos, incluyendo autoelevadores diésel de 2.5 y 3.0 toneladas con accesorios especializados, una minicargadora frontal y una cargadora frontal articulada con garra forestal, permitiría facilitar y aumentar los procesos de carga y descarga de productos.
Modernización del control de acceso norte: Mediante la implementación estratégica de casillas de control, se busca agilizar y fortalecer los procedimientos de entrada y salida del puerto, aportando eficiencia y seguridad.
Optimización de la infraestructura existente: La modernización del SETIN, el reacondicionamiento de la estructura del muelle, la renovación del sistema de defensa y la refacción de los galpones y celdas de carga aumentarían la eficiencia y capacidad de manejo de carga del Puerto.
Dragado del Riacho: El Puerto de Barranqueras enfrenta la necesidad imperante de asegurar un dragado adecuado del riacho y sus accesos para garantizar una navegabilidad óptima durante la mayor parte del año. La importancia de este aspecto radica en brindar a las cargas y navieras la previsibilidad esencial para operaciones sin contratiempos. La propuesta de abrir el canal a una dimensión de 60 metros de solera y dragarlo a una profundidad de 10 pies, complementados por 2 pies adicionales de revancha, se alza como una opción segura para convertir al puerto en un competidor excepcionalmente sólido. Sumado a esto, el constante balizamiento y mantenimiento de estas mejoras a lo largo del tiempo refuerza la visión de un puerto que no solo responde a las necesidades actuales, sino que también se prepara para los desafíos del futuro.
Desde la perspectiva logística y de la cadena de suministro, la necesidad de interconectar de manera efectiva los servicios portuarios del Puerto de Barranqueras con los servicios aeroportuarios del Aeropuerto de Resistencia se erige como una oportunidad crucial. Esta integración no solo facilitaría un flujo de bienes y mercancías más eficiente y rápido, sino que también potenciaría la versatilidad y la agilidad en el manejo de cargas. La estrecha colaboración entre estos dos pilares de la infraestructura de transporte regional promete desbloquear sinergias y ventajas competitivas, fomentando un ecosistema logístico que se adapte con agilidad a las demandas cambiantes del mercado y que catalice el crecimiento económico en la región del Noreste Argentino.
Conclusión
En el intrincado entramado de la optimización de las cadenas de suministro y el fomento del comercio regional, la presencia de una infraestructura portuaria estratégicamente ubicada emerge como un pilar fundamental. En este contexto, el Puerto de Barranqueras no solo se consolida como un elemento clave en el acertijo logístico del Noreste Argentino (NEA), sino que también se convierte en una herramienta vital para la facilitación de operaciones multimodales y el impulso de la economía regional. Generando empleo e impulsando inversiones, la actividad portuaria se convierte en un motor para las economías locales y regionales. Su habilidad para manejar una diversidad de productos, desde granos hasta minerales, contribuye significativamente a la sostenibilidad económica de la región.
Las instalaciones de este puerto, diseñadas para manejar una amplia gama de cargas, brindan un espacio de interconexión crucial entre el transporte carretero, ferroviario y naval. Ubicado en un cruce estratégico de rutas de navegación vitales en el MERCOSUR, el Puerto de Barranqueras se erige como un núcleo logístico en el corazón de la Cuenca del Plata y el MERCOSUR.
Frente a los desafíos, la planificación estratégica del Puerto de Barranqueras se alza como la solución. Además, la urgente necesidad de asegurar el dragado adecuado del riacho y sus accesos para garantizar la navegabilidad durante la mayor parte del año subraya la importancia de mantener la visión en la adaptabilidad y la inversión en tecnologías.
Desde la perspectiva logística y de la cadena de suministro, la necesidad de integrar los servicios portuarios del Puerto de Barranqueras con los servicios aeroportuarios del Aeropuerto de Resistencia se vislumbra como una oportunidad de oro. Esta conexión promete no solo acelerar el flujo de bienes, sino también fortalecer la agilidad y versatilidad en la manipulación de cargas. La colaboración entre estos dos componentes de la infraestructura de transporte regional desencadenaría una sinergia que impulsaría el crecimiento económico en el NEA y respondería a las demandas cambiantes del mercado con destreza.
En este contexto, resulta imperativo otorgar a Barranqueras y su puerto la oportunidad de desplegar su potencial transformador. Inicialmente, este enclave portuario puede catalizar el desarrollo de Barranqueras, y a medida que sus efectos se expandan, irradiará beneficios a toda la región. La gestación de un hub logístico de esta envergadura no solo conlleva la promesa de la generación de empleos, sino que también trae consigo la posibilidad de optimizar los costos asociados a la planificación logística de productos. En un panorama donde la eficiencia y la competitividad son pilares clave, el puerto de Barranqueras se presenta como una pieza maestra capaz de fomentar el crecimiento económico local y regional, además de ofrecer una infraestructura vital para reducir la complejidad y los gastos en la gestión de la cadena de suministro.
コメント