En el artículo anterior sobre puertos, se ofreció un panorama general sobre diversas cuestiones relacionadas con estos, incluyendo sus tipos, naturaleza jurídica, importancia en el comercio y su interacción con la comunidad. En esta nueva entrega, se profundizará en las principales operaciones que se realizan en sus distintas terminales, el utillaje portuario empleado, los tipos de buques utilizados en el transporte de bienes y personas, y el contenedor, que revolucionó el comercio global. Además, se explorará el intermodalismo y su contribución al desarrollo eficiente de los puertos, así como las tendencias hacia la sostenibilidad y el futuro de estas infraestructuras clave.
Es indiscutible la importancia de los puertos en las economías nacionales y en sus estructuras logísticas y cadenas de suministro. Para asegurar un funcionamiento eficiente, cada terminal debe estar especializada y equipada con tecnología avanzada que permita llevar a cabo las operaciones de manera segura y eficiente para el personal. Por ello, es fundamental conocer de forma precisa los diferentes tipos de terminales y las operaciones que en ellas se realizan, así como los buques involucrados en estas actividades. Además, resulta imprescindible detenerse a analizar el contenedor, un elemento que transformó radicalmente la forma de transportar mercancías.
Finalmente, se tratará el intermodalismo, considerándolo como la solución para mejorar la eficiencia operativa, conectando el transporte marítimo con el terrestre, ya sea por carretera o ferrocarril, o el aéreo. La estandarización de medidas juega un rol crucial en acelerar la transferencia entre distintos modos de transporte.
La terminal portuaria
Como cualquier operación, las actividades portuarias deben ser correctamente diagramadas, planificadas y ejecutadas. Contar con terminales especializadas para el manejo de determinadas cargas, como graneles, contenedores o pasajeros, es de suma importancia para garantizar un desempeño eficiente. Pero, ¿qué son exactamente las terminales portuarias? En el artículo anterior, se analizó qué es un puerto; por lo tanto, definiremos una terminal como una instalación especializada dentro de un puerto, destinada a la carga, descarga, almacenamiento y manipulación de mercancías o pasajeros. Cada terminal suele estar adaptada para manejar un tipo específico de carga, como contenedores, graneles sólidos o líquidos, automóviles o pasajeros, y cuenta con la infraestructura y el equipamiento adecuado para realizar estas operaciones de manera eficiente y segura. Además, las terminales portuarias están conectadas a redes de transporte terrestre y suelen incluir áreas de almacenamiento, grúas, cintas transportadoras y sistemas de gestión para facilitar el tránsito de bienes entre los modos de transporte marítimo, ferroviario y terrestre. Por lo tanto, podemos inferir que existen diferentes tipos de terminales, que en resumen, se clasifican en:
Terminales de pasajeros: Es una infraestructura portuaria específicamente diseñada para facilitar el tránsito de personas, ya sea en viajes de corta o larga distancia, mediante el uso de diferentes tipos de embarcaciones. Estas terminales juegan un rol crucial en el transporte marítimo, ya que no solo permiten la entrada y salida de pasajeros, sino que también gestionan una serie de servicios asociados que garantizan su comodidad y seguridad. Dependiendo de la localización y el volumen de pasajeros que manejen, las terminales pueden variar en tamaño y complejidad, desde instalaciones modestas en pequeños puertos hasta grandes estructuras con múltiples servicios en puertos internacionales.
Características y diseño: El diseño está condicionado por varios factores, entre ellos, el tipo de buques que atracan, la cantidad de pasajeros que transitan por la instalación, la necesidad de servicios auxiliares y la ubicación geográfica. Las terminales modernas deben atender tanto a pasajeros que viajan a pie como aquellos que embarcan con vehículos, como es el caso de los buques Ro-Ro (roll-on/roll-off), que permiten el transporte de automóviles y otros vehículos junto a sus conductores. Una característica clave de las terminales de pasajeros es la eficiencia en el embarque y desembarque. En puertos de tránsito rápido, la rapidez con que se gestionan estas operaciones es esencial para evitar retrasos y congestión. Esto se traduce en la necesidad de un diseño de muelles que facilite la entrada y salida fluida de las embarcaciones, optimizando tanto el acceso náutico como la circulación en tierra. Las terminales de mayor envergadura, que reciben cruceros de gran capacidad, requieren infraestructuras más amplias y especializadas. Estos cruceros pueden transportar miles de pasajeros, por lo que las terminales deben contar con amplios espacios de espera y recepción, áreas para el manejo de equipaje (con medios logísticos adecuados para transportar grandes volúmenes de maletas), y servicios de control de seguridad similares a los de un aeropuerto, incluyendo escáneres y zonas de inspección de equipaje.
Servicios y funcionalidades: El objetivo principal es proporcionar un entorno seguro y eficiente para la movilización de personas y vehículos, pero su funcionalidad va más allá de este aspecto básico. Las terminales modernas también ofrecen una serie de servicios que buscan mejorar la experiencia del pasajero. Estos servicios incluyen:
Zonas de registro y atención al cliente: Para la entrega de boletos y la gestión de documentación relacionada con el viaje, como visas o pasaportes, en especial en rutas internacionales.
Salas de espera y embarque: Áreas acondicionadas donde los pasajeros pueden esperar antes de embarcar, con servicios como cafeterías, restaurantes y acceso a internet.
Áreas de estacionamiento: En terminales Ro-Ro, es esencial contar con grandes áreas de estacionamiento para vehículos que serán embarcados en los buques. Estas áreas deben estar diseñadas para evitar interferencias con las operaciones de carga y descarga.
Seguridad: En cumplimiento con los protocolos de seguridad internacional, las terminales deben disponer de sistemas avanzados de control de acceso y vigilancia, así como controles estrictos sobre los pasajeros y sus equipajes.
Accesibilidad y movilidad: El diseño de las terminales debe facilitar el acceso de personas con movilidad reducida, tanto en los muelles como en las zonas de embarque y desembarque.
Tipos de terminales: Existen diferentes tipos, que se distinguen principalmente por el tipo de embarcaciones que reciben y el tipo de tránsito que manejan:
Terminales de cruceros: Estas instalaciones están diseñadas para recibir embarcaciones de gran tamaño que transportan a miles de pasajeros. Son terminales que, además de ofrecer amplios espacios de embarque, suelen estar ubicadas cerca de centros turísticos o urbanos, ya que los pasajeros de cruceros buscan disfrutar de destinos turísticos durante sus escalas.
Terminales Ro-Ro: Este tipo de terminales está especializado en la gestión de pasajeros que viajan con sus vehículos. Estas terminales deben tener acceso eficiente tanto para los pasajeros como para los vehículos, con grandes áreas de maniobra para la carga y descarga de automóviles y camiones.
Terminales de transbordadores: Estas terminales están pensadas para rutas cortas, generalmente entre islas o a través de estrechos cuerpos de agua, donde los pasajeros pueden trasladarse junto a sus vehículos. Su diseño es más sencillo, pero debe garantizar la rápida rotación de embarcaciones para mantener una alta frecuencia de servicios.
Terminal de contenedores: Es una instalación portuaria especializada en el manejo, almacenamiento, y transbordo de contenedores que transportan una amplia variedad de mercancías. Estas terminales son fundamentales para el comercio internacional y forman parte esencial de las cadenas logísticas globales, facilitando el transporte multimodal al conectar los modos marítimo, ferroviario y terrestre. La importancia de las terminales de contenedores ha crecido exponencialmente desde la introducción del contenedor estandarizado en la década de 1950, que revolucionó la industria del transporte al permitir la carga unitaria y facilitar operaciones más eficientes, rápidas y seguras.
Características y funciones: Está diseñada para manejar grandes volúmenes de carga contenerizada que puede ser transportada de un modo a otro (marítimo, ferroviario o terrestre) sin la necesidad de abrir los contenedores. Esto reduce significativamente el tiempo de carga y descarga, optimiza el espacio y mejora la seguridad en la manipulación de las mercancías. Entre las funciones principales de una terminal de contenedores se encuentran:
Recepción y almacenamiento temporal de los contenedores: Una vez que los contenedores son descargados del buque, se almacenan temporalmente en áreas designadas dentro de la terminal hasta que se los transborda hacia su destino final. Estas áreas están organizadas de manera eficiente para facilitar su acceso y manejo.
Carga y descarga de buques: Los contenedores se cargan y descargan utilizando grúas especializadas, conocidas como grúas pórtico o grúas STS (Ship-to-Shore), que son capaces de manipular contenedores de grandes embarcaciones de manera rápida y precisa.
Transferencia intermodal: La terminal actúa como un nodo intermodal, permitiendo la transferencia eficiente de los contenedores entre los modos de transporte marítimo, carretero y ferroviario. Esta función es esencial para asegurar la fluidez en la cadena logística.
Inspección y control de mercancías: Algunas terminales de contenedores están equipadas con áreas designadas para la inspección de mercancías, ya sea por razones aduaneras o de seguridad. En algunos casos, se abren los contenedores para realizar inspecciones físicas, aunque la mayor parte del control se realiza con tecnologías no intrusivas, como los escáneres de rayos X.
Infraestructura de una terminal: Se caracteriza por tener una infraestructura robusta y equipada con tecnología avanzada que permite optimizar el manejo de los contenedores. A continuación, se detallan los principales elementos de infraestructura de una terminal típica:
Muelles especializados: Los muelles en estas terminales están diseñados para recibir buques portacontenedores de gran tamaño. La longitud y profundidad de estos muelles varía dependiendo del tipo de buques que manejen, siendo capaces de albergar embarcaciones que superan los 400 metros de eslora y 15 metros de calado en los grandes puertos internacionales.
Grúas pórtico o STS (Ship-to-Shore): Estas grúas son la pieza central en la operación de carga y descarga de los buques. Tienen la capacidad de levantar y mover contenedores pesados con gran precisión, a menudo manipulando entre 20 y 40 movimientos de contenedores por hora. Las grúas más modernas están automatizadas o semiautomatizadas, lo que reduce la necesidad de intervención humana y aumenta la eficiencia operativa.
Apilamiento y almacenamiento de contenedores: El espacio de almacenamiento en una terminal de contenedores está organizado en zonas donde los contenedores se apilan utilizando grúas RTG (Rubber-Tyred Gantry) o RMG (Rail-Mounted Gantry), que permiten apilar contenedores en varias capas, optimizando el uso del espacio. Estos patios de almacenamiento están divididos en áreas para contenedores de importación, exportación y tránsito.
Sistemas de manejo y seguimiento: Las terminales modernas están equipadas con avanzados sistemas de gestión de terminal (TOS, Terminal Operating Systems) que permiten coordinar y controlar las operaciones de la terminal en tiempo real. Estos sistemas están conectados a bases de datos globales que rastrean el movimiento de cada contenedor, proporcionando visibilidad completa de su ubicación y estado a lo largo de la cadena logística.
Áreas intermodales: Para facilitar la transferencia de contenedores entre el transporte marítimo y terrestre, las terminales cuentan con áreas destinadas al acceso de camiones y trenes. La planificación y organización de estas áreas es clave para minimizar los tiempos de espera y garantizar la fluidez del tránsito.
Infraestructura auxiliar: Además de las grúas y patios de almacenamiento, las terminales disponen de otros equipos especializados como carretillas elevadoras, reach stackers (apiladores de alcance), y terminal tractors que ayudan a movilizar los contenedores dentro de la instalación. Algunos puertos también cuentan con servicios de refrigeración para contenedores reefer (contenedores refrigerados), que transportan productos perecederos.
Desafíos operativos: Una de las principales dificultades operativas en una terminal de contenedores es la gestión del espacio. Dado que los contenedores pueden permanecer en las terminales durante días o semanas, es esencial contar con sistemas que optimicen el uso del terreno y minimicen los movimientos innecesarios de contenedores. Además, la congestión portuaria es otro desafío importante, especialmente en terminales que manejan grandes volúmenes de carga. La seguridad es otro aspecto crítico. Dado que los contenedores pueden transportar una amplia variedad de mercancías, incluyendo productos peligrosos o ilegales, las terminales deben cumplir con estrictos protocolos de seguridad, como las normativas internacionales del Código ISPS (International Ship and Port Facility Security Code) o PBIP (Protección del Buque e Instalación Portuaria).
Terminal granelera: es una infraestructura portuaria especializada en la manipulación, almacenamiento y transporte de mercancías que se trasladan a granel, es decir, sin ser empaquetadas o contenerizadas. Estas terminales manejan dos tipos principales de carga: granel sólido y granel líquido o gas. Podemos decir que el granel sólido consiste en mercancías en estado sólido que se transportan sin embalaje. Algunos ejemplos incluyen minerales (carbón, hierro, bauxita), productos agrícolas (trigo, maíz, soja) y materiales de construcción (cemento, arena, grava). Por otro lado, el granel líquido refiere a líquidos o gases transportados en grandes volúmenes, como petróleo crudo, productos derivados del petróleo (gasolina, diésel), productos químicos líquidos (metanol, etanol) y gases licuados (GNL, GLP).
Cada tipo de granel tiene características propias, lo que requiere infraestructuras, tecnologías y procedimientos específicos para asegurar un manejo seguro y eficiente. Las terminales graneleras son fundamentales para sectores como la agricultura, la minería, la industria petroquímica y la producción de energía, dado que estos productos suelen transportarse en grandes volúmenes y representan una parte significativa del comercio marítimo global.
Características de las Terminales de Granel Sólido:
Infraestructura de descarga y carga: Las terminales de granel sólido utilizan equipos especializados como grúas de cangilón, transportadoras y descargadores mecánicos o neumáticos para movilizar grandes cantidades de material sólido. Estos sistemas permiten descargar eficientemente los productos directamente desde las bodegas de los buques hacia áreas de almacenamiento.
Sistemas de almacenamiento: Una vez descargados, los productos a granel sólido se almacenan en silos, almacenes abiertos o pilas a cielo abierto. Los silos se utilizan principalmente para productos agrícolas o productos finos como el cemento, mientras que los materiales más voluminosos o de menor valor, como los minerales, suelen almacenarse en áreas abiertas.
Transportadores: Una parte clave de la operación en estas terminales es el uso de cintas transportadoras, que permiten trasladar grandes volúmenes de granel sólido entre el área de descarga, almacenamiento y, eventualmente, el área de carga para el transporte terrestre o ferroviario.
Control de polvo y protección ambiental: Dado que el manejo de granel sólido, especialmente productos agrícolas y minerales, puede generar partículas en suspensión, las terminales deben contar con sistemas de control de polvo, como pulverizadores de agua y extractores de aire. Además, es común el uso de coberturas en las cintas transportadoras y zonas de almacenamiento para reducir el impacto ambiental y cumplir con las normativas de salud y seguridad.
Movilización hacia otros medios de transporte: Las terminales de granel sólido están equipadas para la transferencia intermodal, permitiendo el transbordo de productos hacia camiones, trenes o barcazas fluviales. Esto se facilita a través de sistemas de carga rápida, como vertederos y tolvas que vierten el granel directamente sobre los medios de transporte.
Terminales de Granel Líquido y Gas: están diseñadas para manipular líquidos y gases en grandes volúmenes, lo que requiere una infraestructura más compleja que las terminales de granel sólido. Estas instalaciones son cruciales para industrias como la petroquímica, energética y química.
Características de las Terminales de Granel Líquido y Gas
Sistemas de tuberías y bombeo: La infraestructura básica de una terminal de granel líquido se compone de tuberías que conectan los buques con los tanques de almacenamiento, así como de sistemas de bombeo que permiten transferir los líquidos de manera segura y eficiente. En el caso del gas, este se almacena y transfiere en estado líquido mediante sistemas de licuefacción y regasificación en las terminales.
Tanques de almacenamiento: Los productos líquidos y gaseosos se almacenan en tanques especializados diseñados para manejar diferentes tipos de sustancias. Los tanques pueden estar equipados con sistemas de refrigeración para mantener productos a temperaturas controladas, como en el caso de los gases licuados (LNG, GLP), o con sistemas de calefacción para productos viscosos como el asfalto.
Sistemas de seguridad: La manipulación de productos líquidos y gaseosos implica riesgos importantes de incendio, explosión y contaminación ambiental. Por ello, las terminales de granel líquido están equipadas con sistemas avanzados de detección de fugas, control de incendios (incluyendo sistemas de espuma y agua) y protección medioambiental, como barreras flotantes para contener posibles derrames de petróleo.
Control medioambiental: Las terminales de granel líquido deben cumplir con estrictas normativas ambientales debido al riesgo de contaminación de agua y suelo. Los sistemas de contención de derrames, tratamiento de aguas residuales y monitoreo continuo de la calidad del aire son esenciales para mitigar los impactos negativos sobre el medio ambiente.
Transferencia intermodal: Al igual que las terminales de granel sólido, las terminales de granel líquido y gas están preparadas para facilitar la transferencia de productos entre diferentes modos de transporte. Para el transporte terrestre, se utilizan camiones cisterna o vagones tanque ferroviarios, diseñados para transportar grandes volúmenes de líquidos de manera segura.
Monoboyas (SPM - Single Point Mooring): Un componente clave de algunas terminales de granel líquido es el uso de monoboyas o sistemas de amarre de un solo punto (SPM, Single Point Mooring). Las monoboyas son plataformas flotantes que permiten la carga y descarga de productos líquidos, como petróleo crudo o productos químicos, a buques de gran tamaño que no pueden atracar en los muelles debido a su calado o a restricciones en el puerto. Están conectadas a la terminal mediante tuberías submarinas, lo que permite transferir el líquido directamente desde el buque a las instalaciones en tierra, o viceversa. Este sistema es ideal para puertos que no cuentan con la infraestructura o la profundidad suficiente para recibir buques de gran tamaño, y permite que los buques operen a cierta distancia de la costa, reduciendo el riesgo de derrames cercanos a áreas habitadas o ecosistemas sensibles. Su principal ventaja es que ofrecen una solución flexible y segura para la carga y descarga de granel líquido, especialmente en áreas donde las condiciones geográficas o ambientales dificultan el uso de terminales tradicionales. Además, minimizan los tiempos de operación y permiten manejar grandes volúmenes de carga en un entorno controlado.
Los buques
No menos importante que el desarrollo de los diferentes tipos de terminales portuarias es comprender que estas no cumplirían su función como puertos marítimos, fluviales o lacustres sin la existencia del buque. La Ley de Navegación N° 20.094, de Argentina, establece dos definiciones clave: “Buque es toda construcción flotante destinada a navegar por agua. Artefacto naval es cualquier otra construcción flotante auxiliar de la navegación, pero no destinada a ella, aunque pueda desplazarse sobre el agua en cortos trechos para el cumplimiento de sus fines específicos[1]”. Esta definición legal implica que un buque debe tener como objetivo principal la navegación, y, para cumplir sus fines, debe contar con impulso propio y ser gobernado por su tripulación, independientemente de su finalidad (ya sea transporte de contenedores, de granel, de pasajeros, etc.).
Por otro lado, los artefactos navales tienen una función auxiliar a la navegación. Se trata de estructuras o construcciones flotantes que cumplen tareas complementarias o relacionadas con la explotación de recursos, pero que no están destinadas principalmente al transporte de personas o mercancías a través de cursos de agua, como lo haría un buque. Estos artefactos pueden ser inmóviles (anclados o fijos en un lugar) o tener una capacidad de desplazamiento limitada para cumplir sus fines específicos.
Volviendo al tema desarrollado, los buques son el pilar fundamental del transporte marítimo y fluvial, desempeñando un papel esencial en la globalización del comercio. Cada tipo de buque está diseñado para cumplir funciones específicas, transportando diversas mercancías en rutas que abarcan océanos y ríos, ajustándose a las particularidades del comercio y la geografía. En términos generales, los buques se diferencian por el tipo de carga que transportan, su tonelaje, su calado y su capacidad, lo que los convierte en actores clave dentro de las cadenas logísticas internacionales. La siguiente es una clasificación abarcativa de los tipos más comunes de buques y las cargas que transportan[2].
Buques Portacontenedores: Los buques portacontenedores son los más comunes en el transporte de mercancías en la actualidad. Están diseñados para transportar contenedores estándar de 20 y 40 pies, que a su vez contienen una gran variedad de productos manufacturados, bienes de consumo, maquinaria y alimentos. Estos buques han revolucionado el comercio global al permitir el transporte intermodal (marítimo, terrestre y ferroviario) de forma eficiente. Los portacontenedores más grandes, como los de clase Ultra Large Container Vessel (ULCV), tienen una capacidad que supera los 20.000 TEU (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies) y un calado de hasta 16 metros. En el extremo inferior, los buques más pequeños, como los de clase Feeder, pueden transportar entre 1.000 y 3.000 TEU, con un calado más reducido que les permite operar en puertos más pequeños.
Buques Tanque (Petroleros y Quimiqueros): Los buques tanque están especializados en el transporte de graneles líquidos, como petróleo crudo, productos refinados, productos químicos y gases licuados. Se dividen en varias categorías según la carga que transportan:
Petroleros (crudo y refinado): Los VLCC (Very Large Crude Carrier) y ULCC (Ultra Large Crude Carrier) son los más grandes de esta categoría, con capacidades que superan las 300.000 toneladas de peso muerto (TPM) y calados de hasta 20 metros, utilizados en el transporte de crudo desde las regiones productoras hasta las refinerías.
Quimiqueros: Estos buques están diseñados para transportar productos químicos líquidos, como metanol y etanol. Tienen compartimentos especializados para evitar la contaminación cruzada entre diferentes productos. Su capacidad puede oscilar entre 5.000 y 80.000 TPM.
Buques Graneleros: Los graneleros son buques diseñados para el transporte de graneles sólidos, como minerales, productos agrícolas (granos), fertilizantes, cemento y otros materiales a granel. La capacidad y dimensiones de estos buques varían dependiendo de su tipo.
Handysize: Tienen una capacidad entre 15.000 y 35.000 DWT (toneladas de peso muerto) y son muy flexibles debido a su tamaño, lo que les permite operar en puertos más pequeños. Están generalmente equipados con sus propias grúas para cargar y descargar mercancía, lo que facilita su operación en puertos con infraestructura limitada.
Handymax: Con capacidades que van de 35.000 a 64.000 DWT, estos buques son adecuados para cargas mixtas y, como los Handysize, suelen contar con equipos propios para su autodescarga. Entre los buques Handymax, se destacan los Supramax y Ultramax, que ofrecen mayores eficiencias en el transporte por su mayor capacidad y mejor consumo de combustible.
Panamax: Diseñados para atravesar las esclusas originales del Canal de Panamá, tienen una capacidad de entre 50.000 y 80.000 DWT y una manga máxima de 32,2 metros. Son buques esenciales para el comercio de graneles en rutas internacionales que requieren pasar por el canal.
Neopanamax: es la clasificación para los buques que pueden transitar por las nuevas esclusas del canal, abiertas en 2016, con una capacidad mayor, alcanzando hasta 366 metros de eslora, 51 metros de manga y un calado máximo de 15,2 metros, permitiendo así el paso de buques más grandes, como los Ultra Large Container Vessels (ULCV).
Suezmax: abarca a los buques que pueden cruzar el Canal de Suez, una de las rutas más importantes del comercio mundial que conecta el Mediterráneo con el Mar Rojo. Los buques Suezmax tienen un límite de 20,1 metros de calado y una eslora máxima de aproximadamente 400 metros, sin restricción de manga, ya que el canal no tiene esclusas. Esta clasificación es vital para petroleros y buques graneleros que necesitan aprovechar esta ruta sin desviar por el Cabo de Buena Esperanza.
Capesize: Con más de 150.000 DWT, estos buques son demasiado grandes para atravesar el Canal de Panamá o el de Suez, y suelen navegar por rutas oceánicas largas, como alrededor del Cabo de Buena Esperanza. Transportan principalmente minerales, como carbón o mineral de hierro.
Buques Ro-Ro (Roll-on/Roll-off): Estos buques están diseñados para transportar vehículos rodantes, como automóviles, camiones y maquinaria pesada, que se cargan y descargan mediante rampas. Los buques Ro-Ro se utilizan tanto en rutas internacionales como en trayectos cortos, y son esenciales para la industria automotriz. Los Ro-Ro oceánicos más grandes pueden transportar más de 8.000 vehículos y tienen un calado de hasta 10 metros, mientras que los buques más pequeños, utilizados para trayectos cortos, pueden tener calados menores y capacidades reducidas.
Transbordadores (o ferris): Se trata de una embarcación que, de manera regular, conecta dos puntos. Por lo general se dedica al transporte de pasajeros, cubriendo un trayecto específico en ciertos horarios preestablecidos. En ocasiones, el transbordador también tiene capacidad para desarrollar el traslado de vehículos. Es posible distinguir entre múltiples tipos de ferry. El catamarán, por ejemplo, es una embarcación que dispone de dos cascos y que suele funcionar como ferry. También sirve como ferry el trimarán, de tres cascos. Al ferry de alta velocidad se lo conoce como ferry rápido o por la expresión inglesa fast ferry. Cabe subrayar que un ferry rápido puede ser monocasco, catamarán, etc. El ferry ferroviario, por su parte, lleva vehículos ferroviarios, contando con rieles para la ubicación de los vagones. Un ferry de cable, en tanto, se desplaza gracias a un cable que atraviesa el agua de orilla a orilla[3].
Buques Gaseros: Los buques gaseros están diseñados para transportar gases licuados, como el GNL (Gas Natural Licuado) y el GLP (Gas Licuado de Petróleo). Estos buques utilizan tanques criogénicos especializados para mantener los gases en estado líquido a temperaturas extremadamente bajas. Los gaseros más grandes pueden transportar hasta 266.000 metros cúbicos de GNL, con un calado de 12 a 15 metros.
Buques Pesqueros: Estos buques están dedicados a la captura y procesamiento de pescado. Van desde pesqueros artesanales de pequeño tamaño hasta grandes buques factoría, que pueden procesar el pescado a bordo. Los buques pesqueros de gran tamaño pueden desplazar hasta 20.000 toneladas, y están equipados con sistemas de refrigeración para mantener el pescado en buen estado durante largas travesías.
Barcazas Fluviales y Buques Portacontenedores en Rutas Fluviales: En el transporte fluvial, las barcazas y los buques portacontenedores fluviales son esenciales para el comercio y la distribución en las regiones interiores, donde los ríos y canales juegan un papel crucial en la conexión entre puertos marítimos y áreas interiores.
Barcazas Fluviales: Las barcazas fluviales son embarcaciones sin motor propio que se desplazan mediante remolcadores o empujadores. Están diseñadas para transportar grandes volúmenes de carga en ríos y canales, siendo fundamentales para la distribución de mercancías a granel, como granos, minerales y productos químicos. Las barcazas suelen tener un calado reducido, entre 2 y 4 metros, lo que les permite navegar en aguas poco profundas. Las barcazas tipo Mississippi y Jumbo son las utilizadas en la Hidrovía Paraguay–Paraná, estas barcazas suelen operar en convoyes de varias unidades (hasta 42 barcazas por convoy). Las barcazas tipo Mississippi tienen una capacidad aproximada de 1.500 toneladas, mientras que las barcazas tipo Jumbo pueden transportar hasta 2.500 toneladas. Estas barcazas se agrupan en “trenes”, lo que permite aumentar significativamente el volumen de carga transportado en un solo trayecto, y dependiendo del tramo del río por el cual circulen, se agrupan en trenes de acuerdo al gráfico ejemplificativo.
“Extraído del pdf “Tema 6 Vías Navegables” página 9, de https://www.graduadosportuaria.com.ar/bibliografia_vn/”
Buques Portacontenedores Fluviales: Los buques portacontenedores fluviales están diseñados para transportar contenedores en rutas interiores a través de ríos y canales. Cumplen una función clave en el transporte intermodal, conectando puertos marítimos con centros de distribución en el interior. Estos buques tienen un calado reducido, generalmente entre 2 y 4 metros, lo que les permite navegar en aguas fluviales. Pueden transportar entre 500 y 2.000 TEU, dependiendo de su tamaño y la infraestructura del río. En comparación con los buques portacontenedores oceánicos, los fluviales están adaptados para navegar en cauces más estrechos y con menor profundidad. Son comunes en regiones como Europa, donde los ríos Rin y Danubio conectan puertos importantes con el interior del continente. También se utilizan en Sudamérica, en el río Paraná, para conectar los puertos argentinos, bolivianos, brasileros, paraguayos y uruguayos entre sí.
El contenedor
No se puede hablar de puertos o buques sin hablar del invento que revolucionó la forma de transportar las mercancías. El contenedor es una estructura estandarizada, diseñada para ser fácilmente transportada por distintos medios de transporte (barco, tren o camión) y ha transformado la logística global, permitiendo el movimiento eficiente y seguro de mercancías a lo largo del mundo. Su estandarización no solo ha optimizado la cadena de suministro, sino que también ha reducido los costos y tiempos de manipulación de la carga, jugando un papel fundamental en la expansión del comercio globalizado.
Historia del Contenedor
La historia del contenedor moderno comienza en la década de 1950, aunque la idea de transportar mercancías en unidades estandarizadas había sido explorada previamente. Sin embargo, fue en 1956 cuando el empresario estadounidense Malcolm McLean revolucionó la industria al desarrollar el primer sistema de contenedores estandarizados. McLean, que anteriormente dirigía una empresa de transporte por carretera, buscaba una manera más eficiente de trasladar mercancías entre los camiones y los buques. En lugar de descargar y cargar cada artículo individualmente, concibió la idea de utilizar grandes cajas metálicas que pudieran moverse directamente desde los camiones a los barcos.
Este enfoque, conocido como contenedorización, simplificó significativamente el transporte de mercancías. El primer barco adaptado para transportar estos contenedores, el Ideal X, que zarpó el 26 de abril de 1956 del puerto de Newark con 58 contenedores de 20 pies de altura y en seis días llegó a Houston, marcando el inicio de una nueva era en el comercio mundial. El desarrollo de normas internacionales en la década de 1960, a través de la Organización Internacional de Normalización (ISO), consolidó la estandarización de los tamaños y diseños de los contenedores, lo que facilitó aún más su adopción global.
Tipos de Contenedores
El uso de contenedores ha evolucionado desde su creación, y actualmente existen diversos tipos, cada uno diseñado para necesidades específicas de transporte:
Contenedor estándar (Dry Van): Este es el tipo de contenedor más común, utilizado para el transporte de mercancías secas que no requieren condiciones especiales. Los tamaños más habituales son los de 20 pies y 40 pies, aunque existe actualmente la opción del contenedor de 53 pies. Tienen capacidad para transportar hasta 33 metros cúbicos en su versión de 20 pies, 67,5 metros cúbicos en el de 40 pies y 110 metros cúbicos en el de 53 pies.
Contenedor refrigerado (Reefer): Este tipo de contenedor está equipado con sistemas de refrigeración para mantener productos perecederos, como alimentos o productos farmacéuticos, a una temperatura controlada durante el transporte. Estos contenedores son cruciales para el comercio de productos frescos a nivel mundial.
Contenedor Open Top: Este contenedor está abierto por la parte superior, lo que facilita la carga de mercancías voluminosas que no pueden entrar por las puertas estándar, como maquinaria pesada o materiales de construcción.
Contenedor Flat Rack: Son contenedores con los lados y el techo abiertos, utilizados para cargas pesadas o sobredimensionadas que no caben en un contenedor cerrado, como vehículos o maquinaria industrial.
Contenedor de cisterna (Tank): Utilizado para el transporte de líquidos a granel, gases o productos químicos. Estos contenedores están diseñados con tanques especiales para garantizar la seguridad del producto durante el transporte.
Contenedor de alta capacidad (High Cube): Este tipo tiene una altura superior a los contenedores estándar, lo que permite el transporte de cargas voluminosas que no superan el peso máximo, pero requieren mayor espacio.
Importancia del Contenedor en el Comercio Internacional
La adopción masiva del contenedor ha tenido un impacto profundo en el comercio internacional. Su principal ventaja es la eficiencia en la manipulación de mercancías. Antes de la estandarización de los contenedores, la carga y descarga de buques eran procesos largos y laboriosos, ya que cada mercancía se transportaba y almacenaba individualmente. Con los contenedores, las mercancías se pueden cargar, descargar y transferir entre diferentes modos de transporte (barco, tren, camión) de forma rápida y sencilla.
El uso de contenedores también ha reducido los costos de transporte. Al poder mover grandes volúmenes de mercancías en unidades estandarizadas, las economías de escala se optimizan, lo que permite un ahorro significativo en combustible, tiempo de almacenamiento y manipulación de la carga. Esto ha permitido que productos de bajo costo, como productos electrónicos o textiles, puedan ser transportados a grandes distancias de manera rentable.
Asimismo, los contenedores han mejorado la seguridad de las mercancías. Al estar sellados y bloqueados durante todo el proceso de transporte, se minimiza el riesgo de daños, robos o pérdidas. Además, la estandarización ha facilitado la integración de tecnología avanzada en los contenedores, como sistemas de rastreo GPS y sensores de temperatura, lo que ha mejorado el monitoreo de la carga durante su tránsito.
El Intermodalismo
Habiendo tratado los diferentes temas relacionados con los buques y contenedores, finalmente es necesario desarrollar un tema que es de vital importancia para lograr operaciones logísticas eficientes. El intermodalismo es un sistema logístico que integra diferentes modos de transporte, como el marítimo, ferroviario, terrestre y aéreo, para mover mercancías de manera eficiente y segura a través de rutas nacionales e internacionales. Este concepto se basa en la utilización de unidades de carga estandarizadas, como los contenedores, que permiten trasladar productos entre diferentes medios sin necesidad de manipular la mercancía en cada cambio de transporte. El intermodalismo ha transformado la logística global, optimizando costos, tiempos y recursos, y facilitando la conexión entre mercados internacionales.
Historia del Intermodalismo
El intermodalismo moderno comenzó con la introducción del contenedor estandarizado en la década de 1950, una innovación que revolucionó la forma en que se manejaba el transporte de mercancías. Antes de la estandarización, la carga y descarga de mercancías en los puertos eran procesos largos y costosos, ya que los productos debían ser manipulados y reorganizados cada vez que cambiaban de medio de transporte. La contenedorización resolvió este problema al crear una unidad de carga estandarizada que podía moverse fácilmente entre camiones, trenes, barcos y aviones sin necesidad de abrir o reorganizar el contenido.
El intermodalismo ha seguido evolucionando con el desarrollo de infraestructuras especializadas, como terminales intermodales, plataformas logísticas y zonas francas, que facilitan el movimiento de mercancías entre diferentes modos de transporte, mejorando la eficiencia y reduciendo los tiempos de tránsito.
Modalidades de Transporte en el Intermodalismo
El intermodalismo involucra la combinación de diferentes modos de transporte, cada uno con ventajas particulares que los hacen más adecuados para ciertos tramos o tipos de mercancía. A continuación, se describen los principales modos de transporte involucrados en el sistema intermodal:
Transporte marítimo: El transporte marítimo es fundamental en el intermodalismo global, ya que maneja más del 80% del comercio internacional. Los buques portacontenedores son capaces de transportar grandes volúmenes de mercancías a largas distancias, lo que reduce significativamente los costos por tonelada. Aunque es más lento en comparación con otros medios, su capacidad y rentabilidad lo convierten en el método preferido para cargas pesadas o voluminosas que no tienen urgencia de entrega inmediata.
Transporte ferroviario: El transporte ferroviario es ideal para mover grandes volúmenes de mercancías en distancias largas a través de zonas continentales. Ofrece una mayor capacidad de carga que el transporte por carretera y es más eficiente en cuanto al uso de energía y emisiones de carbono. Las plataformas intermodales ferroviarias, donde los contenedores son transferidos entre trenes y camiones, permiten agilizar el tránsito de mercancías en zonas con buena infraestructura ferroviaria, como en Europa, América del Norte y partes de Asia.
Transporte por carretera: Los camiones juegan un papel crucial en el transporte intermodal, especialmente en la última milla, conectando los centros de distribución con los destinatarios finales. Aunque su capacidad de carga es limitada en comparación con otros medios, el transporte por carretera ofrece mayor flexibilidad, ya que puede llegar a prácticamente cualquier destino. Su agilidad en áreas urbanas y rurales lo convierte en un eslabón indispensable en la cadena de suministro intermodal.
Transporte aéreo: El transporte aéreo es la modalidad más rápida, pero también la más costosa, dentro del sistema intermodal. Es ideal para el transporte de cargas urgentes, productos de alto valor o mercancías perecederas que necesitan llegar rápidamente a su destino. Las aerocargas, que incluyen aviones de carga dedicados o compartidos en vuelos comerciales, permiten que mercancías como artefactos electrónicos, medicamentos, y textiles se muevan entre continentes en cuestión de horas o días.
Transporte fluvial: En las regiones que disponen de grandes ríos o canales navegables, el transporte fluvial mediante barcazas es una opción económica y eficiente para el movimiento de grandes volúmenes de mercancías. Es común en áreas como el río Mississippi en Estados Unidos o la Hidrovía Paraná-Paraguay en América del Sur, donde las barcazas intermodales conectan los puertos marítimos con zonas interiores industriales y agrícolas.
Tipos de Unidades de Carga en el Intermodalismo
El contenedor estandarizado es el núcleo del intermodalismo, ya que permite transportar mercancías a través de múltiples modos de transporte sin manipulación directa. Además de los contenedores, existen otras unidades de carga que se utilizan en sistemas intermodales:
Contenedores estándar: Utilizados en todos los modos de transporte intermodal, los contenedores de 20 y 40 pies son los más comunes y permiten transportar cualquier tipo de carga seca o líquida.
Cajas móviles (Swap Bodies): Especialmente diseñadas para facilitar el transbordo entre el transporte ferroviario y por carretera. Estas cajas tienen pies de apoyo que permiten cargarlas y descargarlas sin necesidad de grúas.
Remolques intermodales: Son remolques diseñados para ser transportados por camiones y trenes sin necesidad de reubicar la mercancía. Estos remolques se cargan en los trenes y permiten el transporte combinado con facilidad.
Contenedores de carga aérea: Los Unit Load Devices (ULD) son contenedores especializados utilizados en el transporte aéreo. Estos son más pequeños y ligeros que los contenedores marítimos, diseñados para adaptarse al espacio reducido de las bodegas de los aviones. Sin embargo, permiten una integración eficiente con camiones y trenes en las terminales de carga aérea, facilitando el proceso intermodal.
Importancia del Intermodalismo en el Comercio Internacional
El intermodalismo es fundamental para el comercio internacional, ya que permite optimizar la eficiencia, reducir costos y mejorar la sostenibilidad en las cadenas logísticas globales. Entre sus principales beneficios se destacan:
Optimización de costos: Al combinar distintos modos de transporte, el intermodalismo permite aprovechar las ventajas económicas de cada uno. El transporte marítimo y ferroviario suelen ser más económicos para largas distancias, mientras que el transporte por carretera o aéreo es más adecuado para distancias cortas o entregas urgentes.
Reducción de tiempos de tránsito: Al utilizar medios de transporte rápidos, como el aéreo o ferroviario, en combinación con otros más lentos, como el marítimo, se logra reducir significativamente el tiempo total de tránsito de las mercancías. Esto es especialmente importante para industrias que operan con la metodología just-in-time (JIT) o productos perecederos que necesitan ser transportados con rapidez.
Sostenibilidad: El intermodalismo contribuye a reducir la huella de carbono al optimizar el uso de medios de transporte más sostenibles, como el tren o el barco, que emiten menos gases de efecto invernadero por tonelada de carga transportada en comparación con los camiones o aviones. Esto es clave en el contexto actual de la logística verde y la creciente demanda de operaciones más respetuosas con el medio ambiente.
Seguridad: Al utilizar unidades de carga estandarizadas, como contenedores, la mercancía se transporta de manera sellada, minimizando el riesgo de daños, robos o manipulaciones no autorizadas. Esto asegura la protección de la mercancía desde su origen hasta su destino final.
Flexibilidad y alcance global: El intermodalismo facilita la conexión entre distintos mercados, independientemente de su ubicación geográfica. Al poder combinar varios modos de transporte, las empresas pueden llegar a destinos remotos o regiones interiores sin necesidad de utilizar un único medio de transporte durante todo el trayecto.
Conclusión
La temática portuaria es sumamente amplia y compleja, por lo que resulta imposible abarcarla en su totalidad en un solo artículo. La serie “Los Puertos” tiene como objetivo proporcionar una visión más clara y comprensible de lo que representan los puertos, su impacto en la sociedad, en las ciudades y en la economía de los países, así como su papel crucial en las cadenas logísticas globales. No solo contribuyen a la eficiencia, el ahorro de tiempo y la reducción de costos en la logística, sino que también juegan un papel central en el desarrollo del comercio internacional y en la conectividad entre diferentes modos de transporte.
[1] Artículo 2 Ley N° 20.094 de Argentina
[2] Conf. pdf “Tema 6 Vías Navegables” página 9, de https://www.graduadosportuaria.com.ar/bibliografia_vn/
[3] Extraído de https://definicion.de/ferry/
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